miércoles, 9 de junio de 2010

PROGRAMA DE L DIPLOMADO EN PROGRAMACION NEUROLINGÜISTICA













DIRIGIDO A:
Psicólogos, médicos, psicopedagogos, maestros, trabajadora social, psiquiatras, y personas afines al área.

DURACIÓN: 60 horas divididas en 12 horas por cada modulo. (Total 5 módulos).

HORARIO: Dos veces al mes.


FECHA DE INICIO: 12 de junio 2010 (INDUCCION)

COSTO: $1,000.00 inscripción y $1,650.00 por módulo ( TOTAL 5 MODULOS).





Incluye: Manual de trabajo, pruebas y Constancia oficial del CCPyF.

INFORMES E INSCRIPCIONES:
PSIC. Y T.F. LORENA CUETO HERNÁNDEZ.
TEL. 21 3 96 77/ CEL. 921 10 5 89 78
E – MAIL. psic_cueto@hotmail.com
AV. UNIVERSIDAD # 2122 – G ALTOS
www.psiclorenacueto.com.mx









OBJETIVO GENERAL: Ofrecer al participante un marco estructurado de la PNL como disciplina y herramienta efectiva, aplicable para mejorar la respuesta y profundidad terapéutica. Se cubrirán especialmente técnicas de cambios de estados emocionales, manejo breve de fobias y ansiedad, comunicación de cambio, manejo de creencias y conflictos.

CONTENIDO TEMATICO:

1. PNL: Conceptos esenciales y estructurales.
a) ¿Qué es?
b) Estados emocionales como eje de partida.
c) Calibraje.
d) Sistemas represenacionales.
e) Componentes estructurales.
f) Rapport.
2. Elementos lingüísticos para el cambio
Comunicación en psicoterapia.
Filtros lingüísticos y sus casos.
Metamodelo.
Reencuadres conceptuales.
Metáforas para el cambio.
Sleight of mouth (patrones complejos de lenguaje de cambio).

3. Coaching con PNL

1. Definición de metas
2. Modelo TOTE (POPS)
3. SCORE
4. Análisis cardinales cambio- no cambio
5. Cambio y estabilidad
6. Automodelado
7.Estrategias de negociación con PNL

4.- Modificación de hábitos.
Intervenciones mínimas
Cura rápida de fobias
Generador de nuevas conductas
Cambio de historia personal
Disociación V/K
Patrón de switch

Intervenciones en el sistema de Creencias.


a) Conflicto interno (squash visual)
b) Conflicto de creencias
c) Re-encuadres
*De submodalidades
*De seis pasos

d) Trabajo con mentores
e) Reimprontación.

EXPOSITORES

· Jorge Domínguez García Mpbs.
· Psicólogo egresado de la UANL, instructor de PNL, especialista en Hipnosis Clínica Ericksoniana, Maestría en Psicoterapia Breve Sistémica, Terapeuta, conferencista y autor de los libros: ¨Preparando a los hijos para el éxito¨ y “Terapia breve sistémica en el tratamiento del TDAH”.

· José Antonio Zamora Barrera.
· Psicólogo egresado de la UANL, practicante maestro en PNL, Director del Centro de Desarrollo Humano Aplicado, especialista en Terapia Breve Sistémica, Terapeuta, Consultor y Conferencista en temas de Desarrollo Personal.


INVITACION DE DIPLOMADO EN PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜISTICA


INVITACION A CURSAR EL DIPLOMADO EN
PROGRAMACIÓN NEUROLINGÜISTICA APLICADA A NIÑOS A DOLESCENTES Y ADULTOS.


BENEFICIOS DE ESTUDIAR EL DIPLOMADO.
EN TIEMPO, COSTO Y PRACTICA CLÍNICA :

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· ADQUIERES EXPERIENCIA PRÁCTICA, YA QUE LO VISTO EN CLASES ES TEÓRICO PRACTICO.

· LOS DOCENTES VIENEN EXCLUSIVAMENTE DEL INSTITUTO MILTON H. ERIKSON DE MONTERREY NUEVO LEON.

· LO APRENDIDO TE PERMITE TENER RECURSOS Y/ O HERRAMIENTAS PARA INTERVENIR EN NIÑOS, ADOLESCENTES ADULTOS.

· EL GIRO PARA APLICARLO ABARCA EL INDIVIDUAL, GRUPO DE EMPLEADOS DE TU EMPRESA, DOCENTES, EN TU PRACTICA CLINICA COMO TERAPEUTA O AREA AFIN, TAMBIEN PARA ALUMNOS ENTRE OTROS.

· ADEMAS QUE COMO POSGRADO, SE ANEXA A TU CURRICULUM.


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INICIAMOS 12 DE JUNIO DIPLOMADO EN PNL.

PRÓXIMAMENTE
Maestría en Terapia Breve Sistémica e Hipnosis Ericksoniana
INICIO SEPTIEMBRE 2010

Visítanos también en nuestro sitio web y conoce a los egresados del primer entrenamiento en TBS y los actuales colegas que están en entrenamiento practico en Terapia Breve Sistémica, en el

HOTEL PARQUE INN DE COATZACOALCOS VERACRUZ.

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ATENTAMENTE
LIC. LORENA CUETO HERNÁNDEZ
COORDINADORA


DERIVADO DE LO ANTERIOR NOS PERMITIMOS SOLICITARTE DE LA MANERA MÁS ATENTA, HACER EXTENSIVA LA PRESENTE INVITACIÓN ENTRE LOS ALUMNOS, COLEGAS O CONOCIDOS, DE LA INSTITUCIÓN EDUCATIVA, ASÍ COMO ENTRE SUS COLABORADORES Y POSIBLES INTERESADOS.

domingo, 18 de enero de 2009

COMUNICACIÓN EFICAZ











COMUNICACIÓN EFICAZ

Saber actuar no sólo significa hablar correctamente con el jefe, encandilar al novio o hacer reír a los amigos. Supone también comunicarse con eficacia. Y para ello, necesitamos aprender a escuchar, expresarnos en la forma correcta, conectar con los deseos de los demás y respetar las normas.

Comunicarse parece fácil; desde niños hemos hablado de forma espontánea. ¡Abrimos la boca y las palabras salen solas…! Cuando nos sentimos felices y afectivamente ligados a alguien, resulta fácil entenderse y comunicarse bien; pero ¿qué ocurre cuando estamos furiosos?, ¿cómo reaccionamos ante las críticas?, ¿qué hacemos cuando una persona se resiste a escuchar nuestro punto de vista o nos ataca verbalmente? Pues estas son, justamente, las situaciones en las que una buena comunicación resulta vital. La llave que nos abre la puerta a una relación amorosa, a la amistad, al éxito en los negocios, es la capacidad de comunicarnos con eficacia cuando surge un conflicto.

BUENA COMUNICACIÓN

En primer lugar, conviene definir lo que es buena y mala comunicación. La buena comunicación tiene dos características: en ella expresas tus sentimientos de forma directa y abierta y animas a la otra persona a hacer lo mismo. Tú explicas lo que piensas y cómo te sientes, e intentas escuchar y comprender lo que la otra persona siente y piensa.

SIN ENTENDIMIENTO

Adoptar una postura beligerante o a la defensiva cuando nos relacionamos con los demás indica que carecemos de habilidades para comunicarnos. Ocurre, por ejemplo, cuando una persona contradice a otra sin intentar antes comprender sus sentimientos.

La negación de los propios sentimientos también es muy frecuente. Muchas personas sienten un temor profundo a que algo terrible vaya a suceder si dejan constancia, abierta y directamente, de cómo se sienten. Por eso fingen formas de ser que, al ser ficticias, imposibilitan una relación sincera, sana y estrecha. La mala comunicación casi siempre implica algún tipo de respuesta conflictiva, y aquí entra en juego el control que tenemos de nosotros mismo y de nuestros defectos (agresividad, orgullo, susceptibilidad…). Para entendernos con la gente, debemos entrenarnos en habilidades de comunicación.
EL ARTE DE LA EMPATIA

Seguramente, muchas veces habrás vibrado con una mirada o un tono de voz sin saber por qué: “Ha habido química”, te dirás. Otras, has sentido ganas de ayudar a alguien al sintonizar con sus emociones sin apenas conocerle. Son maneras en las que se manifiesta la empatía, un fabuloso poder que tienen quienes son capaces de ponerse en el lugar, la piel y los sentimientos del otro, captando sus señales emocionales. Mantener una actitud abierta, confiar en la propia intuición respecto a los demás, desechar las suposiciones fijas y las perspectivas egocéntricas, practicar la “escucha sensible” (prestar atención plena al interlocutor), tener una marcada disposición para el servicio a los demás, saber ver oportunidades ocultas en La adversidad y, sobre todo, pensar en la otra persona, son algunos de los rasgos de una personalidad empática.

• Ingredientes básicos: Si entiendes el lenguaje afectivo de los demás es porque se han desarrollado en ti un par de actitudes emocionales básicas: la conciencia de ti mismo y el autocontrol. Si no tenemos la capacidad de observar, comprender y manifestar equilibradamente nuestras emociones, es prácticamente imposible que lleguemos a conectar con la sensibilidad y los sentimientos del otro.

• Impulso innato: ¿Has observado que un bebé se pone a llorar al oír el llanto de otro? Ese proceso imitativo motriz es el precursor de la empatía. Desaparece alrededor de los dos años de edad, justo cuando el niño aprende a distinguir el dolor ajeno del propio. A partir de entonces, manifiesta diferentes grados de empatía: o se muestra muy consciente de las emociones ajenas o las ignora. Cuando un niño pega a otro, no es lo mismo decirle “Eso no se hace” que “Date cuenta de que le has hecho daño”. Lo último crea conciencia; lo primero, indiferencia.





EXPRESARNOS CON EFICACIA

Solemos creer que comunicar bien significa utilizar sofisticadas técnicas de persuasión. Estudiamos a nuestro interlocutor y pronunciamos un mensaje hecho a su medida: “Como me dijo tal cosa, debe entender aquello; o sea, que he de contestarle esto otro”. Sin embargo, actuar así es un grave error si se trata de establecer relaciones fluidas. La comunicación eficaz no es estudiada o artificiosa, sino personal y espontánea. Si eres una persona dulce, debes usar la ternura para convencer. Si tienes una naturaleza agresiva, aprovecha tu determinación. ¡No hables como la persona que no eres!

• Ajustar las palabras: ¿Te has fijado en cualquier tertulia de radio, de televisión o del bar de la esquina? Hablamos por no callar, a menudo sin ton ni son. El silencio en compañía nos pone nerviosos. Sin embargo, no debemos dejar que las palabras nos devoren. Hablar por hablar es una costumbre que alimenta los círculos viciosos del pensamiento, crea confusión, nos aleja de la sustancia de la vida. Comunicar es dejar espacio para que surjan esos mensajes conscientes, creativos, sustanciales y elocuentes.
• Discurso coherente: Si la comunicación se desvía de nosotros mismos, peligra la salud. El lenguaje que usamos está doblemente ligado al cerebro. Los discursos confusos hacen la mente laberíntica. Hablar demasiado del futuro refleja ansiedad. Hacer continua referencia al pasado es un abono para la depresión. Si limpiamos nuestro discurso de palabras ajenas o inútiles, de tópicos y repeticiones, lo haremos más emotivo, convincente y coherente con nosotros mismos.

• Comunión entre personas: Cuando nos desvinculamos de los automatismos, del “como él me dijo, yo le respondí”, entramos en un estado de receptividad que deja emerger lo sincero y novedoso del espíritu, la energía creativa que está en nuestro interior yen el de nuestro interlocutor. Nacen entonces palabras y expresiones originales y elocuentes que a menudo nos sorprenden; experimentamos una sensación de serenidad y la irradiamos al otro; y, sobre todo, utilizamos menos el pronombre “yo”. Paradójicamente, cuanto más auténticos somos comunicándonos, menos necesidad tenemos de reafirmamos, de defender opiniones y rebatir ideas: la verdad reina en nuestro interior y se hace clara y transparente. ¿Qué sucede entonces? Que los mensajes ya no parten de una personalidad limitada, siempre orientada a conseguir una finalidad concreta y definida, sino de una individualidad plena que se expresa como tal hacia el exterior. Comunicar se convierte entonces en un acto de comunión entre dos o más personas.

APRENDER A ESCUCHAR

Nos encontramos en la era de la comunicación y, sin embargo, ¡qué mal nos entendemos! En parte es culpa del ruido externo, el bombardeo de mensajes de todo tipo. Pero también tenemos “ruidos interiores” que interfieren en nuestra conexión con los demás. Valoraciones críticas, juicios visuales, comentarios automáticos, pensamientos temerosos. Si pudiéramos escuchar las propias palabras a través de los oídos de los demás, nos sentiríamos abrumados por la gran cantidad de generalizaciones, imprecisiones y comentarios vanos que hacemos. A lo que hay que sumar las prisas, los prejuicios, La autocomplacencia, el monólogo negativo que entablamos con nosotros mismos... Son impedimentos para vivir en armonía de los que se derivan malentendidos, falta de atención y pérdida de información crucial.

• Hablamos demasiado: Las investigaciones demuestran que al menos el 40 por ciento de las horas que estamos despiertos las pasamos escuchando. Pero, minutos después de una charla, el oyente medio recuerda menos del 25 por ciento de lo oído. No saber escuchar provoca errores y conflictos.

• Buenos y malos oyentes: El mal oyente reclama la atención de quien habla, piensa en lo que dirán entretanto, interrumpe para hacerse con el control de la conversación, se aferra a sus opiniones...Por el contrario, el buen oyente no es quien procesa las palabras y su significado con atención, sino quien logra que el que habla se sienta apreciado y animado a expresar sus ideas y sentimientos. Y es que la verdadera comunicación sólo es posible si se produce desde el entendimiento, el respeto y la confianza en el otro

RESPETAR LAS NORMAS

Llevarse bien con los demás es tan sencillo como seguir unas “normas de actuación” que, si bien no están recogidas en ningún manual, si que forman parte de la lógica y del sentido común. A veces es tan sencillo como reprimir los primeros impulsos y contar hasta diez; en otras ocasiones, el “buen rollo” pasa por cumplir a rajatabla el tópico de escuchar las versiones de todas las partes implicadas antes de emitir un juicio sensato; y otras veces las más, de disfrutar de unas estupendas relaciones con la familia, con los hijos, con los compañeros de trabajo, con la pareja e incluso con uno mismo es tan fácil como tener mucha paciencia.




Oír y que te escuchen




para ser un buen oyente deja de lado tus propios asuntos y métete en la historia del otro. Y para hacerte escuchar, establece una relación de confianza mutua y ve al grano.





* ABRE TU MENTE

Muéstrate abierto a los puntos de vista de tos demás y escúchales con la idea de que, al menos, aprenderás algo que no sabias.

* PREGUNTA ABIERTAMENTE

Cuando converses con alguien, deja que el tema gire sobre cosas que no te interesen. Haz preguntas que permitan al otro explicar por qué o cómo llegó a interesarse por una actividad que te parece peregrina.

* APRENDE AVALORAR

Identifica a personas que no te caen bien. Después, busca algo en ellas que te guste. La próxima vez, concéntrate en eso que te agrada.

* NOJUZGUES

No puedes impedir que tu mente juzgue a los demás, pero si analizarlo cuando sucede. Tal vez descubras que no tienes una justificación.

* NO VALORES

Al menos un día, cuando escuches a alguien con quien rivalizas, prescinde de toda valoración.


CÓMO ELIMINAR LAS BARRERAS

Para que la comunicación resulte todo lo eficaz que deseamos y necesitamos, debemos eliminar una serie de barreras que la entorpecen. El ruido de fondo, el egocentrismo. Los prejuicios, el monólogo interior y el estatus social son los muros que habitualmente entorpecen nuestra comunicación.

RUIDO DE FONDO

Es casi imposible mantener una conversación decente en un bar lleno de ruido o durante un banquete de boda: todos acabamos gritando para hacernos oír, y así aumentamos aún más el ruido, por lo que uno de los detalles más corteses que podemos tener con nuestro interlocutor es proponerle ir a un lugar tranquilo o eliminar la fuente de ruido.

ESTATUS SOCIAL

El estatus social es una de las barreras más fuertes y poderosas. Se interpone en la comunicación entre ricos y pobres, médicos y pacientes, jefes y empleados. Si queremos fomentar la lealtad, tas sugerencias creativas y las actitudes positivas de nuestros interlocutores, es necesario que tratemos a cada interlocutor con cortesía y respeto. Esto se consigue reconociendo que cada una de esas personas puede ser una fuente de valiosas revelaciones.

PREJUIClOS

Si una persona no cumple los requisitos que consideramos imprescindibles, sus palabras van perdiendo fuerza, ahogadas por los propios pensamientos. Estos prejuicios, a desterrar para siempre, tienen que ver con nuestras actitudes hacia el sexo, la raza, la edad, la apariencia física o la clase social.

EGOCENTRISMO

Otra de las barreras importantes a la hora de comunicarnos es el egocentrismo, que consiste en dejar que nuestra mente se oriente hacia la satisfacción de nuestros propios intereses, cuando la actitud positiva seria aprender todo lo que podamos de la otra persona. ¿Cuáles son sus prioridades? ¿Apareces tú en ellas? Haz de sus intereses los tuyos. Así que, cuando te toque hablar a ti, demuestra que te has tomado la molestia de procesar su mensaje, relacionando de alguna forma sus objetivos con los tuyos.
MONÓLOGO INTERIOR

Este tipo de discurso interno ataca nuestra autoestima. Al aumentar la ansiedad, el “ruido interior” impide que prestemos la debida atención al mensaje o al emisor. Una forma de librarnos de esta conducta derrotista consiste en equilibrar cada observación negativa con una de signo contrario. Cada vez que te oigas decir algo como “¡qué idiotez acabo de decir!”, piensa una frase positiva como “La próxima vez tendré muchísimo más cuidado al elegir las palabras”.




10 actitudes a eliminar



Si quieres comunicarle y entenderte con tos demás, debes evitar una serie de actitudes, basadas en tus perjuicios e inseguridades.



Culpar: Insistir en que la otra persona es la responsable del problema que quieres resolver.

Negar: Decir que no estás enfadado cuando sí lo estás.

Humillar: Insistir en que La otra persona es la que falla porque no hace “nunca” o hace siempre”.

Exigir: Proclamar que tienes derecho a un trato mejor, pero no pedirlo de forma clara y directa.

Agredir en silencio: Hacer gestos de desaprobación, negar la palabra, dar portazos es tan despectivo como agredir verbalmente.

Autoinculparse: En lugar de afrontar un problema, actuar como si fueras una persona horrorosa.

Ponerse a la defensiva: Negar haber hecho algo mal y no reconocer defecto alguno en uno mismo.

Desesperanzarse: Dar por imposible llegar a un acuerdo o establecer una amistad.

Contraatacar: En lugar de reconocer cómo se siente la otra persona, responderle criticándola o enumerando una la lista de agravios.

10. Imponer: Insistir en que llevas razón y en que la otra persona está, por supuesto, equivocada.


TEXTO RETOMADO


REVISTA DE PSICOLOGIA PRACTICA


EDITORIAL ESPAÑA

COMUNICARTE CON ASERTIVIDAD


¡Ábrete a los demás!





No hay nada que más nos aísle que el miedo social. Miedo a que la gente nos malinterprete, a no quedar bien, a hacer el ridículo, a que nuestros sentimientos nos delaten al ponerlos en palabras, a no saber decir lo que le gusta escuchar a la persona que nos gusta…



Miedos, complejos, prejuicios… que entorpecen una buena comunicación con los que nos rodean. ¡Basta ya!


Soltemos el lastre y arriesguémonos a comunicarnos con sinceridad, respeto y generosidad. ¡Seamos libres! Tenemos derecho a ser como queremos ser y a decir lo que queremos decir.



TU LENGUAJE PERSONAL


No se trata de que hablemos como cotorras, ni de que copiemos los trucos de los demás, sino de que saquemos todo el partido posible a nuestras capacidades de expresarnos y entendernos. Sólo de esta manera podremos establecer una comunicación verdaderamente eficaz y constructiva.


Comunicar bien no significa utilizar sofisticadas técnicas de persuasión, estudiar a nuestro interlocutor y pronunciar un mensaje a su medida. Para que la comunicación sea eficaz no ha de ser estudiada o artificiosa, sino personal y natural. Se trata de sacar partido a nuestro estilo individual y a nuestras mejores virtudes. Si somos personas dulces, debemos usar la ternura para convencer. Si tenemos una naturaleza agresiva, aprovechar nuestra determinación… Todo menos hablar como las personas que no somos.



LOS TRES LENGUAJES

Según el experto en comunicación Lair Ribeiro, hay tres tipos de personas: las que tienden a comunicarse con la antena de la vista, con la del oído y con la del movimiento. Si para aprender algo preferimos verlo, pertenecemos al grupo de los visuales. Si registramos mejor la información que llega por el oído, seremos de los auditivos. Y si lo nuestro son los gestos y el movimiento, nos podemos considerar cinestésicos. A la hora de aprender habilidades de comunicación es muy importante respetar la naturaleza de cada uno.





HABLAR POR HABLAR, NO

Si nos fijamos en cualquier tertulia, observemos que solemos hablar por no callar. El silencio en compañía nos pone tensos, nos preocupa.
Creemos que el gran comunicador jamás se encuentra sin palabras. Por ello, tratamos de evitar los silencios, de rellenar cada pausa con un incesante bla-bla-bla. ¿Consecuencia?

Aumentamos ese molesto “ruido” que esconde lo que de verdad tenemos que decir. Las conversaciones que no crean realidad, no generan acción. “Quién pierde el tiempo con charlas vacías queda fuera de juego y no se entera de nada”.

Aunque parezca lo contrario, hablar por hablar es una costumbre que alimenta los círculos viciosos del pensamiento, crea confusión, distancia. Es mejor ser directos, claros, sinceros. Y, si no, perdamos el miedo al silencio.

Una cosa es ocular, no saber qué decir, miedo a hablar, y otra permanecer en silencio voluntario, fértil y terapéutico. Sin silencio no hay comunicación.




LO QUE ENTORPECE EL DISCURSO


Imaginemos que la palabra es una flecha dirigida a un blanco. Cuanto más la recarguemos con circunloquios y frases hechas, más la lastraremos, corriendo el riesgo de desviar su trayectoria.

Nos han educado en la defensa y en la resistencia. Para protegernos nos aferramos a lo ya dicho u oído, a los filtros del pensamiento:”siempre he pensado que…”. “Es cuestión de principios”…

¿Otros hábitos a desterrar? Las preguntas sin verdadero interés, las frases condicionales, los pasados y los futuros, son tramas sobre las que el pensamiento teje sus trampas. Si se apaga la inmediatez de la percepción, la luz de la intuición, la palabra se hace pesada, muerta. Lo mismo ocurre si fingimos escuchar al otro mientras pensamos qué decir cuando esa persona acabe de hablar.

¡Cuidado con lo que dices!



Lo que decimos y cómo lo decimos está relacionado con nuestras creencias. Las expresiones autodestructivas, críticas o irrespetuosas dañan nuestra autoestima.



EXPRESIONES AUTODESTRUCTIVAS

“Soy muy viejo para… hacer excursiones/ponerme esa ropa”.
“No puedo… gastar este dinero/perder la tarde paseando”.
“Estoy harto de levantarme todos los día a las siete de la mañana para ir a trabajar”.
“Soy totalmente incapaz de ponerme a dieta”.



EXPRESIONES CRÍTICAS

“Eres un dolor de muelas”.
“Mi hija no es buena estudiante”.
“Vas a matarme a disgustos”.
“No se puede confiar en nadie”.
“Nada vale la pena”.



EXPRESIONES IRRESPETUOSAS

“Estoy tan gordo que en vez de una mujer parezco una ballena”.
“Siempre estoy metiendo la pata. No lo puedo evitar”.
“No soy una persona puntual (lo inteligente, lo guapa, lo voluntariosa, aplicada…)”.
“Parezco un perfecto idiota”.





Los nueve perfiles


Cada uno de nosotros tenemos una forma característica de comunicar: entonación, palabras, frases recurrentes, gestos... Un estilo, además, que puede manifestar nuestros malestares y conflictos. Descubre con cuál de estos perfiles coincides más a la hora de comunicarte.


EL TRADICIONAL

Estás atado a las reglas del vivir civilizado: todo tiene que responder a las normas del buen gusto. Sabes manejar esa serie de tópicos que dan aspecto neutro a una charla que se está haciendo inconveniente. No te desahogas ni en tos atascos.
Tu frase favorita: “Si hay algo que no soporto son las palabrotas”.

Consejo: Una vez al día juega (en solitario) a decir muchos tacos.


EL RUTINARIO

Te mueves por el camino de los buenos modales, de lo “políticamente correcto”. Pero con una chispa: de vez en cuando te permites palabras poco elegantes. Casi para demostrar que ese traje de etiqueta te queda un poco estrecho.
Tu frase favorita: “Oye, ¿te importaría darme eso ya... de una maldita vez?”.

Consejo: Procura liberar tus emociones negativas haciendo regularmente ejercicio físico.


EL RACIONAL

La comunicación te parece ideal para ejercitar el arte de la persuasión. Tus discursos a menudo son monólogos largos y articulados: quieres estar seguro de que te has explicado bien. Esto refleja el predominio de la razón: eres todo mente.
Tu frase favorita: ‘Lo que importa de verdad es ir al fondo del asunto”.

Consejo: Mientras hables, cambia de tema, oblígate a decir algo sin ningún sentido.
EL ANSIOSO

Tu estilo comunicativo está caracterizado por la ansiedad por hacerte entender, apreciar, aprobar. Y se llena de interrogaciones, excusas y correcciones. Una forma de expresarte que revela tu inseguridad.
Tu frase favorita: “Por favor, disculpa si te he molestado...”.

Consejo: Cuando empieces a comerte las palabras, para de inmediato. Luego, repítelo al ralentí. Nada de empezar disculpándote.

EL DEPRESIVO

Hablas poco, en voz baja, con miedo. Desde hace tiempo no encuentras argumento de conversación que te interese más de cinco minutos... A veces te contienes para no estallar y dar rienda suelta a una agresividad reprimida y culpable.
Tu frase favorita: “Por qué hablar de ello? No tiene sentido…”.

Consejo: Haz proyectos que impliquen el uso tanto del cuerpo como de la creatividad.

EL REPRIMIDO

Lo que importa es controlarse. Nunca una palabra de más, jamás un gesto inoportuno. Bloqueas tu expresividad para frenar la carga emocional que te habita.
Tu frase favorita: “Perdona si me he entrometido demasiado”.

Consejo: Cada día, durante diez minutos, oye música con fuerte ritmo de tambores, síguela con los movimientos corporales y repite también los sonidos que oyes.

EL SUSPICAZ

Hablas a menudo con metáforas y dichos que pertenecieron a tus padres. Prestas atención a cualquier gesto, a cada mirada. para adelantar conclusiones y consecuencias. Así, tu comunicación queda comprometida por tus prejuicios.
Tu frase favorita: “Hoy día no hay valores”.

Consejo: Haz cada día algo nuevo aunque sea nimio y cuéntatelo frente al espejo sin utilizar uno de tus latiguillos.

EL EGOCÉNTRICO

Tiendes a ponerte en el centro de todos tus actos comunicativos. Con frecuencia, hablas en primera persona y te apasiona contar cosas que te han sucedido y anécdotas. Así, corres el riesgo de reducir al mínimo el espacio de tus interlocutores: no hay diálogo que resista.
Tu frase favorita: “Yo opino que...”.

Consejo: Proponte firmemente, a lo largo de tres días, no usar jamás la primera persona.

EL ESPONTANEO

Comunicas de forma libre y natural. Tus pensamientos llegan de forma directa a tus interlocutores, sin filtros de ningún tipo. La mirada, los gestos son recursos en los que tienes mucha confianza. Es el camino mejor para una comunicación eficaz.
Tu frase favorita: “Me interesa mucho todo lo que dices”.

Conseja: Sigue así, expresándote en libertad pero con la sensibilidad.




LAS PALABRAS NOS DEFINEN

La palabra es, probablemente, la herramienta más poderosa con la que contamos los seres humanos, con la que damos forma a nuestros pensamientos y a nuestras creencias. Con ella aprendemos a nombrar las cosas que nos rodean y las hacemos nuestras.

Las palabras no sólo nos afectan emocionalmente, sino material y físicamente.
Por ejemplo, un minuto de pensamiento negativo deja el sistema inmunitario en una situación delicada durante 6 horas.

SOMOS MUCHO MÁS QUE LO QUE NOS DIJERON

Piensa en la fuerza de determinados vocablos que te dijeron cuando eras pequeño. ¿Te acusaron de ser un “rebelde” o una “marimacho” porque nos respondías al comportamiento que se esperaba de ti? ¿Te dieron a entender que nadie te querría si seguías así? ¿Recuerdas una lluvia de palabras cariñosas y afectuosas o, por el contrario, de exigencia, de insatisfacción y de decepción, como silo que hacías nunca fuera suficiente? Del mismo modo que una semilla contiene el potencial de propagar un bosque, una palabra contiene el potencial de enraizarse en tu mente y generar espontáneamente formas de pensamiento similares. Con el tiempo, lo vida reflejará el tipo de semillas que echaron raíces en tu mente.

ESCOGE BIEN TUS PALABRAS

Una vez que seas consciente del poder de las palabras, le será más fácil escogerlas con cuidado, hablar con integridad y decir solamente aquello que quieres decir. Las palabras no son sólo sonidos o símbolos escritos. Son una fuerza; constituyen el poder que tienes para expresar y comunicar, para relacionarte, para pensar y para crear los acontecimientos de tu vida. Cada cultura tiene sus frases de uso común, dichos y expresiones que la gente aprende de joven y después repite descuidadamente Es importante que te preguntes si quieres reforzar y repetir esos mensajes que te inculcaron.

LAS PALABRAS AUTODESTRUCTIVAS CONFUNDEN

Las palabras de menosprecio hacia uno mismo generan emociones negativas e insanas como ansiedad, culpa, vergüenza y depresión, haciendo que actuemos de forma derrotista, que seamos infelices y no consigamos nuestros objetivos. Por ejemplo, si ante un examen nos exigimos hacerlo perfectamente y nos tildamos de estúpidos si suspendemos estaremos ansiosos y nos saldrá peor.
Para entendernos mejor


La competitividad y felicidad de una persona dependen en gran medida de su equilibrio intelectual (lingüístico, emocional y corporal).

ACEPTAR EL SILENCIO En las familias en las que existen problemas, la comunicación suele ser rígida y repetitiva. Se ocultan las propias emociones y se usurpa la personalidad de los demás. Pensar: “Ya sé lo que me dirá es la negación del diálogo, y a menudo lleva a reaccionar contra lo que no existe. Aceptar el silencio del otro, esperar a que quiera expresarse y escucharle entonces, son las reglas de oro de la comunicación.

NO PREJUZGAR La familia es el ámbito en el que la comunicación está más cargada de prejuicios. Creemos conocer a tope cómo es el otro y, también, lo que nos dirá, por eso nuestras palabras contienen ideas preconcebidas que deforman la comunicación. Es necesario evitar los juicios forjados en el pasado. Sobre todo en la relación de pareja, intentemos comunicar de forma más espontánea, sin creer saber de antemano qué ama, odia o piensa nuestro compañero o compañera.

BUSCAR EL MOMENTO Si queremos que nuestros hijos nos escuchen de verdad, mejor emplazarles para hablar de lo que nos interesa. A lo mejor no están disponibles de inmediato, e incluso nos parece que quieren escapar. Hay que tener paciencia. Si les asaltamos a traición, durante la comida o ante la televisión, es muy probable que se resistan a escucharnos.

SABER ESCUCHAR Los expertos en comunicación llaman “escucha activa” a la actitud de atención y de interés hacia nuestro interlocutor, para entender verdaderamente lo que nos dice. Es la clave de las relaciones afectivas y de la vida social: si todos escuchásemos mejor y hablásemos menos, el mundo iría mejor sin lugar a dudas.

EVITAR DISCUTIR Aunque los partidarios del “hablémoslo todo” no estén de acuerdo, las discusiones, más o menos amistosas, acaban minando la vida en pareja. Lo que nos atrae del otro al principio de la relación es, en gran medida, su misterio. Polemizar lo estropea. A fuerza de analizar, de comparar comportamientos pasados, de juzgar, se acaba con esa fascinación de lo no descubierto del todo en la otra persona. Se pueden cuestionar las opiniones de la otra persona, pero nunca la realidad profunda de su ser, ni encasillable ni evaluable, excepto si queremos acabar para siempre con la magia de la relación.


TEXTO RETOMADO
REVISTA DE PSICOLOGIA PRACTICA








viernes, 5 de septiembre de 2008

Test Orientativo de Codependencia Emocional (Adiccciones)



Codependencia


La familia como sistema recibe de manera frontal el impacto de una adicción, de modo que no existe familia que no se afecte y muestre síntomas de disfunción, cuando uno de sus miembros se enferma de adicción.


Paradójicamente además, la familia afectada por la adicción, termina produciendo un sistema de conductas que apoyan al desarrollo de la adicción. A esto le llamamos codependencia.


Definición de Codependencia

La codependencia se define como el ciclo de patrones de conducta, y pensamientos disfuncionales, que producen dolor, y que se repiten de manera compulsiva, como respuesta a una relación enferma y alienante, con un adicto activo o en una situación de toxicidad relacional.


Quiénes desarrollan Codependencia?

La codependencia puede ocurrir en cualquier persona que está en contacto con la adicción de otra persona, ya sea un familiar, amigo, compañero, pareja o cliente que sufra de adicción. Ademas existen otros desordenes de conducta y enfermedades que pueden generar codependencia, tales como la esquizofrenia, la violencia, el maltrato y las neurosis. Toda persona expuesta a estos desórdenes, puede desarrollar codependencia.


Muchas veces alguien que ha desarrollado codependencia por crecer en una ambiente disfuncional adictivo, no manifiesta grandes síntomas hasta que se casa o forma una relación de pareja. Por otro lado, con mucha regularidad las hijas de adictos, terminan casándose con otros adictos, aún sin que esto sea una decisión conciente.



Cuales son los síntomas de la Codependencia?


La codependencia se caracteriza por una serie de síntomas tales como:

1.- Dificultad para establecer y mantener relaciones intimas sanas

2.- Congelamiento emocional

3.- Perfeccionismo

4.- Necesidad obsesiva de controlar la conducta de otros

5.- Conductas compulsivas

6.- Sentirse sobreresponsables por las conductas de otros

7.- Profundos sentimientos de incapacidad

8.- Verguenza tóxica

9.- Autoimagen negativa

10.- Dependencia de la aprobación externa

11.- Dolores de cabeza y espalda crónicos

12.. Gastritis y diarrea crónicas

13.- Depresión
Estos síntomas se presentan primero en la relación enferma que produce la tensión, pero luego se transfiere a las demás relaciones del codependiente.


Disfuncion Familiar
Las relaciones famliares y la comuncación se van haciendo cada vez mas disfuncionales, debido a que el sistema familiar se va enfermando progresivamente. La comunicación se hace mas confusa e indirecta, de modo que es mas fácil encubrir y justificar la conducta del adicto. Esta disfunción se va convirtiendo en el estilo de vida familiar y produciendo en muchos casos el aislamiento de la familia de los contactos sociales cotidianos.
Las reglas familiares se tornan confusas, rígidas e injustas para sus miembros, asi como los roles de cada familiar que se van distorsionando a lo largo del proceso de avance de la adicción. Todos los miembros de la familia se afectan de este sistema de reglas disfuncionales, y es allí, donde los niños van formando su carácter codependiente, que puede facilitar el desarrollo de adicciones o de relaciones enfermas en el futuro.


Facilitación
La conducta codependiente es una respuesta enferma al proceso adictivo, pero además se convierte en un factor clave en la evolución de la adicción. O sea que la codependencia promueve el avance del proceso adicctivo. A este concepto le llamamos "facilitación". Existen diversas formas que toma la facilitación que oscilan entre la colaboración y la agresión. Los codependientes no pueden darse cuenta de que están facilitando el problema, en parte por la negación y en parte porque están convencidos que su conducta esta justificada, debido a que están "ayudando" a que el adicto no se deteriore más, y a que la familia no se desintegre.


Maldiagnóstico
Es más frecuente de lo que pensamos, que las personas codependientes acudan en busca de ayuda médica, pero sin mencionar el problema que les aqueja en el seno familiar, por lo que los profesionales de salud encargados de hacer el diagnóstico, terminan etiquetándolo como "depresión" o simplemente "estres". A pesar de que la codependencia cursa con sentimientos depresivos, es importante tener en cuenta de que la depresión en este caso, es un síntoma de la codependencia, y esta a su vez es causada por el proceso adictivo que ocurre en la familia. Si se logra hacer el diagnóstico correcto, es más probable que la familia reciba la ayuda apropiada para resolver la codependencia y la adicción.



La dependencia emocional - "La dependencia emocional es "un patrón de necesidades emocionales insatisfechas desde la niñez, ahora de mayores buscamos satisfacer, mediante la búsqueda de relaciones interpersonalesmuy estrechas".




Test de Auto Diagnóstico de Codependencia Emocional


Este es un test para calcular la severidad del problema de codependencia. No es un reemplazo a la evaluación profesional, sino una herramienta para el autodiagnóstico.

1. ¿Cree y siente que es responsable por otras personas; por sus sentimientos, pensamientos, acciones, decisiones, deseos, necesidades, bienestar o malestar, incluso por lo que les ocurra en el futuro?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
2. ¿Se siente usted instintivamente impulsado a ayudar a otras personas a resolver sus problemas, aún cuando ellos no le hayan pedido ayuda?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
3. ¿Suele decir sí, cuando en realidad quería decir no? ¿Suele comprometerse en hacer cosas que realmente no desea hacer? ¿Considera que suele hacer más de lo que sería una repartición justa del trabajo? ¿Se carga haciendo cosas para otras personas que pueden hacer por si mismas? ¿Se siente resentido y victima por todas estas circunstancias?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
4. ¿Se siente aburrido, vacío y sin valor, si no existe una crisis en su vida, un problema que resolver, o alguien a quien ayudar?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
5. ¿Cree que alguien es responsable de cuidarlo y de hacerlo feliz?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
6. ¿Cree y siente que alguien, o el problema de alguien está controlando su vida?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
7. ¿Es el sentimiento de culpa quien determina sus prioridades? (Por ejemplo, hace lo que quiere hacer y piensa que es bueno para usted, o hace lo que piensa que debe hacer para minimizar la culpa y crear mayor autoestima)
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 =Frecuentemente
8. ¿Se siente culpable por lo que piensa y siente y lo niega?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
9. ¿Se preocupa usted por una persona hasta el punto de perder el sueño y no poder relajarse y disfrutar de la vida?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
10. ¿Piensa usted acerca de otra persona y acerca de sus problemas más de tres veces por día?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
11. ¿Está usted tan preocupado por alguien que se ha deprimido y enfermado físicamente?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
12. ¿Está usted tan preocupado por alguien que está tomando sedantes, o ingiriendo alcohol para poder afrontar la ansiedad resultante?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
13. ¿Cree usted que no puede ser feliz hasta que otra persona - padre, hijo, amigo, amante o pareja - cambie su conducta? ¿Esta esperando que otra persona cambie para poder ser feliz?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
14. ¿Es capaz de abandonar su rutina abruptamente y dejar de vivir su vida porque está muy molesto con alguien?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
15. ¿Trata de controlar los eventos y a las personas a través de retirarles el afecto, producir sentimientos de culpa, coercionar, amenazar, dar consejos no solicitados, manipular o dominar?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
16. ¿Se siente confundido, desamparado, algunas veces piensa que se volverá loco, a causa de la forma que se ha involucrado en la vida de otra persona?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
17. ¿Permite a alguien que abuse física o emocionalmente de usted?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
18. ¿Está usted abusando emocional o físicamente de alguien?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
19. ¿Se siente atacado y a la defensiva cuando otras personas hablan de usted?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
20. ¿Siente que tiene que ponerse furioso y gritar para que lo oigan?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
21. ¿Busca usted la aprobación de otras personas por su conducta o decisiones?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
22.¿Trata de probar que usted es suficientemente bueno para otras personas, pero se olvida de preguntarse si esas personas son suficientemente buenas para usted?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
23. ¿Se siente usted atrapado en las relaciones?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
24. ¿Culpa a otras personas de las circunstancias de su vida?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
25. ¿Usualmente usted no dice lo que siente?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
26. ¿Pide lo que necesita de manera indirecta o muchas veces no habla de ello?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
27. ¿Miente para proteger y cubrir a las personas que quiere?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
28. ¿Esta tolerando conductas que usted ha dicho que nunca toleraría?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
29. ¿Le ha herido alguien tan profundamente que ha perdido su fe espiritual?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
30. ¿Alguien le ha herido tan profundamente que ha estado pensando en hacer, y haciendo cosas para castigar y vengarse de esa persona?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
31. ¿La ira de alguien está controlando sus acciones? (Por ejemplo, que invierte mucho tiempo y energía pensando y escogiendo la conducta que será la que menos provocará la ira de esa persona)
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
32. ¿Practica el sexo con alguien aunque no lo quiere tener?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
33. ¿Tiene usted dificultades para relajarse y divertirse?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
34. ¿Se siente estancado, atrapado y desesperanzado, pero se dice a si mismo que su problema no es tan serio como para necesitar ayuda?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
35. ¿Ha hecho el problema de otra persona que usted se separe y se aísle de las cosas y las personas que usted disfruta?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
36. ¿A pensado en el suicidio o ha deseado la muerte como un escape a una relación intolerable?
0 = No se aplica o rara vez
1 = Ocasionalmente
2 = Frecuentemente
Un resultado de 0 a 10, en la mayoría de los casos, significa que la conducta está dentro del área segura. Sería beneficioso para usted que obtenga más información sobre la codependencia y la adicción.


Un puntaje entre 11 y 25, significa que la conducta esta en la zona amarilla o de precaución. Seria de utilidad que obtuviera más información acerca de la codependencia, la adicción; así como comenzar a trabajar en estas conductas. También seria de utilidad la asistencia a grupos de autoayuda profesional.


Un puntaje arriba de 25 es señal de problemas relativos a la codependencias. Recomendamos altamente buscar ayuda profesional de un Psicoterapeuta, así como la asistencia regular a grupos de autoayuda profesional. Es necesario además conseguir información apropiada acerca de la codependencia y la adicción.



Recuperación de la Codependencia

Asi como la adicción es una enfermedad tratable, la codependencia también lo és. El tratamiento de la codependencia puede consistir en una mezcla de psicoterapia y asistencia a grupos de autoayuda, hasta sesiones estructuradas de terapia familiar. Muchas veces la recuperación de una familia afectada por la adicción, comienza con la recuperación de los codependientes, sin embargo es necesario que el codependiente ponga el foco en su propia recuperación y cuidado personal, para que esto ocurra.


La codependencia es el resultado del impacto de la adicción en la familia. Esta codependencia se manifiesta a través de patrones de conducta y relación que son disfuncionales y que facilitan el desarrollo de la adicción. La codependencia es tratable y la recuperación es posible.


Ahora ya sabes si eres codependiente o no.. busca ayuda. te podemos asesorar...llámanos...todo tiene solución.

Test Orientativo de Insomnio



Test del buen dormir
(INSOMNIO)

Dormir bien forma parte de tu buen estado de salud.Evalúa si estás padeciendo alguna forma de insomnio.Dedícale unos minutos para llenar este cuestionario.

ESCALA(anota el número de tu respuesta y al final realiza una suma).

I) Durante el mes pasado, cómo consideras la calidad de tu sueño?
1. Muy buena
2. Aceptablemente buena
3. Ligeramente pobre
4. Muy pobre

II) Durante el mes pasado, ¿aproximadamente cuántos minutos necesitaste usualmente para dormirte una vez que decidiste ir a dormir?
1. 0-20 min.
2. 21-30 min.
3. 31-60 min.
4. más de 60 min.

III) Durante los últimos treinta días, ¿cuántas veces te has despertado cada noche?
1. ninguna
2. 1-3
3. 4-5
4. más de 5

IV) Cada noche, durante el pasado mes, ¿cuántas horas has dormido realmente, sin contar el tiempo que estuviste despierto?
1. 8 hs.
2. 6-7 hs.
3. 5-6 hs.
4. menos de 5 hs.

V) Durante el pasado mes, ¿te sentiste con sueño durante el día?
1. Nunca
2. Un poco
3. Bastante
4. Todo el tiempo

VI) En el pasado mes, ¿cuántas veces tuviste que tomar algún producto de venta libre (infusiones, preparados de Homeopatía, extractos de hierbas en comprimidos o en gotas) para poder dormir?
1. Nunca
2. 1-7
3. 8-20
4. Más de 20

VII) En el pasado mes ¿cuántas veces has tomado medicamentos sedantes de venta bajo receta para dormir?
1. Nunca
2. 1-7
3. 8-20
4. Más de 20

Suma los puntos que corresponden a los números de la izquierda.
Si el puntaje total es:
de 7 a 9: no padeces de insomnio
de 9 a 14: insomnio leve
de 14 a 21: insomnio moderado
de 21 a 28: insomnio severo

Test Orientativo de Estrés Postraumático


Test de trastorno por estrés postraumático (TETP)

¿Ha pasado usted por una experiencia traumática y de mucho peligro?
Por favor marque a continuación los problemas que tenga a posteriori del hecho.



1- Siento que la horrible experiencia que sufrí, está ocurriendo otra vez
Sí No
2-Esta sensación me viene a menudo sin que me dé cuenta
Sí No
3-Tengo pesadillas y recuerdos horribles de lo que sucedió
Sí No

4-Me mantengo lejos de los lugares o personas que me recuerdan lo que pasó
Sí No

5-Me sobresalto y me siento muy mal cuando algo me sucede sin previo aviso
Sí No

6-Me cuesta mucho trabajo confiar en la gente o acercarme a otras personas
Sí No
7-Últimamente me irrito o enojo con facilidad
Sí No
8-Me siento culpable porque otras personas murieron y yo sobreviví.
Sí No

9-Tengo dificultades para dormir y estoy siempre tenso o contracturado.
Sí No

Si usted marcó más de uno de estos síntomas, puede ser que padezca de Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT) y debería ser evaluado por un Psicólogo o Psiquiatra.